Miércoles, 8 de enero de 2014.
Siento mucha curiosidad e interés por todas las necesidades educativas especiales. Fascinación, diría yo. Pero lamentándolo mucho, dispongo de poco tiempo para estudiarlas todas. Así que en este blog me centraré en hablar sobre el SÍNDROME DE DOWN.
Todo empezó en la Universidad, cuando estudiaba para ser Maestra especialista en Lengua Extranjera (Inglés). En una de mis asignaturas favoritas, relacionada con el ámbito de la diversidad, la profesora invitó a varias personas que estudiaban allí a que nos contaran sus experiencias. Entre estas personas había un grupo con Síndrome de Down.Todos ellos asistían a la Universidad para recibir un curso de formación para aprender un empleo y poder así ser un poco más independientes.
Qué decir...
Su manera de hablar, de explicarse, de relacionarse, de sentir, de VIVIR, sus risas y sus enfados momentáneos, el cariño e ilusión que desprendían... Era magia, llena de entusiasmo y de ganas de aprender y comerse el mundo.
Nos contaron lo que hacían en sus clases, lo pesados que eran sus padres por preocuparse e intentar protejerles tanto, lo que hacían cuando salían con sus amig@s, ¡incluso nos hablaron de sus amoríos! Nos lo pasamos genial.
Salí ese día de clase con lágrimas en los ojos, emocionada por lo que esas personas me habían hecho pensar y sentir. Le dí las gracias a la profesora una y mil veces, porque gracias a esa clase diferente, supe que me quería meter de lleno en ese mundillo.
¿No os pasa a vosotros? ¡Me encantaría tener una bilioteca enorme con miles de libros sobre todos estos temas y hacerme una experta en alguno de ellos!!
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